Por Fabián Ospina Parra

La fría noche capitalina tuvo una luna gigantesca que parecía un reflector dirigido a los GUNS AND ROSES en la tarima del Vive Claro, durante su show de la gira llamada “BECAUSE WHAT YOU WANT & WHAT YOU GET ARE TWO COMPLETELY DIFFERENT THINGS TOUR”. Tras la incertidumbre de la posible cancelación del evento y todos los esfuerzos de los promotores para cumplir con los requerimientos de las autoridades, finalmente llegó la hora esperada por los fanáticos de la banda ochentera.

A las 8 de la noche, en punto, salió a escena la banda con un nivel altísimo donde los gritos y la euforia empezaron por causa del Riff de Slash en Welcome to the Jungle y una interpretación genial de Axl Rose, la banda iniciaba así un concierto de tres horas donde se revivieron en tarima los grandes éxitos que han hecho rockear a grandes y pequeños a través de 40 años de rock californiano.
La banda liderada por Axl Rose demostró gran amor y respeto por el público colombiano que los acompañó. Su voz, a pesar de los comentarios que lo critican, estuvo a la altura de la leyenda que es. Cantó con el alma y eso se vio reflejado en el escenario en canciones como Mr. Brownstone o Don’t Cry. Por momentos, la altura de Bogotá intentó pasarle factura, pero no es para menos ya que hemos visto cómo, artistas experimentados y jóvenes que visitan la capital en ocasiones, han tenido que recurrir a oxígeno para poder cumplir a sus fans. Sin embargo, esto nunca detuvo al vocalista que cantó, saltó, bailó y tocó el piano en la parte final del concierto con November Rain, uno de los temas más esperados de la noche.
Otro de los integrantes más queridos de la banda y que ha estado desde la fundación de los GNR, Duff McKagan desde el bajo y coros animaba e invitaba a que el público saltara. Por un momento, en la tarima, junto a la segunda guitarra de la banda, interpretada por Richard Fortus, realizarán algunos solos de cuerdas que hicieron que los asistentes no saltaran, pero sí se quedaran atónitos mirando a la tarima con sus interpretaciones. Momentos que solo él puede darnos para disfrutar de la música rock desde otra perspectiva de la contemplación musical.
Pero si de cuerdas hablamos, no podemos dejar de lado al maestro Saul Hudson – Slash quien, a sus 60 años, no se puede describir de otra manera, sino como un adolescente detrás de la guitarra. No se cansa, salta en tarima, corre de un lado a otro, toca con fuerza y cada nota demuestra lo vigente que está y lo que aún puede aportar a la música. Realizó unos solos increíbles durante las canciones, pero su momento cumbre llegó al momento de realizar sus propios solos, un espacio que se ha vuelto común en las presentaciones de la banda y que es esperado por los asistentes ya que siempre sorprende con acordes nuevos y unos riffs que nos ponen a mover la cabeza.
Dentro de esta noche llena de hard rock, también se vieron momentos emotivos, como el homenaje al gran OZZY OSBOURNE donde interpretaron versiones de los éxitos ‘NEVER SAY DIE’ y ‘SABBATH BLODDY SABBATH’, para traer a la memoria de los asistentes este genio de la música.
También al momento de finalizar la interpretación de ‘CIVIL WAR’, Axl mostró una bandera de Palestina que decía “No necesito tu genocidio”, demostrando su posición en contra de la guerra como lo hicieron en su presentación del año 2022 en el estadio El Campin en contra de la guerra entre Ucrania y Rusia. Pero, como todo lo bueno tiene que terminar, después de 3 horas de energía pura, llegó ‘PARADISE CITY’ culminando con el nivel que se merecía un concierto que quedará en los corazones de los asistentes. Este fue el primer concierto de los dos que realizará la banda en Colombia, la segunda fecha será el sábado 11 de octubre en la ciudad de Medellín en el estadio Atanasio Girardot.
Gracias Guns, Gracias Rock
Otras cosas por decir
Respecto al escenario, se pudo ver una mejora en cuanto a temas de iluminación y del estado del suelo para el ingreso. Sin embargo, los filtros fueron un poco exagerados, las requisas muy lentas, incomodando a varios de los asistentes, ya que en algunos casos no pudieron ver a la banda nacional 1280 Almas, encargados de abrir el concierto.
Por otro lado, los reflectores ubicados en las partes altas de las graderías, los que fueron usados como evidencia para mostrar la vibración del escenario al momento de saltar en el concierto de Green Day, y dejaron en duda de la firmeza del escenario, fueron reubicados en torres en la parte baja del escenario, en el piso del lugar.
Nuevamente el tema de transporte post concierto fue un dolor de cabeza para los asistentes, quienes tuvieron que esperar hasta más de una hora para lograr volver a sus casas.

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