
Johanna López vaca (37 años) es artista textil botánica y creadora de Floreale Studio, un espacio donde la moda se transforma en bienestar y la naturaleza se convierte en guía. Nació en Bogotá y, actualmente, vive en el municipio de La Mesa, Cundinamarca, donde trabaja con fibras naturales como algodón, lino, bambú y cáñamo, que tiñe con raíces, hojas y flores para crear prendas medicina: piezas únicas que acompañan emocional, energética y físicamente a quien las usa.
Su camino hacia el teñido natural y el arte textil comenzó con las medicinas ancestrales tras una revelación ceremonial con yagé, en la que se le indicó que (ella) era tierra. Desde entonces, empezó a hallar sentido a esas palabras y así buscar el propósito y la forma de honrar ese mensaje:
Fue entonces que, muchos años después, y de la forma más inesperada, en plena pandemia y navegando en redes, vio a una mujer que estampaba prendas con flores y plantas. Esto la cautivó y comprendió así hacia dónde podía dirigir el mensaje que recibió de la medicina. Empezó a crear moda que vuelve a la tierra con un impacto mínimo y a demostrar que lo natural puede ser moderno, elegante y profundamente humano.

Ha diseñado mantas, blusas, accesorios, bolsos, vestidos y piezas que aportan bienestar al cabello y a la piel. Además, Johanna guía experiencias botánicas donde las mujeres encuentran un espacio seguro para sanar, crear y recordar que vestirse bonito también es un acto de amor propio. En cada encuentro, su misión es elevar la autoestima femenina y abrir caminos de autonomía emocional y económica.
Su historia personal también florece en sus obras. Johanna creció viendo a su tía -siendo madre soltera- sacar a su hija adelante con una máquina de coser.

Hoy, como mamá soltera, Johanna honra a todas las mujeres que, como ella, sostienen un hogar desde su fuerza, su creatividad y su resiliencia. Cada puntada y cada color natural es un recordatorio de que las mujeres pueden construir una vida digna y libre, para ellas y para sus hijos.
Su estilo combina lo espiritual, lo botánico y lo artesanal. Su mayor orgullo es ser instrumento de la naturaleza y contribuir a que las técnicas milenarias del teñido natural y el estampado botánico lleguen a más personas que nunca imaginaron que la tierra también sabe vestirnos.
Johanna y su historia con la estampación botánico-textil
Sus inicios en la estampación botánico-textil comenzaron en uno de los momentos más inciertos: la pandemia. Joha estaba embarazada, se enfrentaba en ser madre soltera, encerrada, sin trabajo y buscando con urgencia una manera de reinventarse. Vivía en una finca rodeada de naturaleza, y cada día le pedía al universo que la guiara, que le mostrara cómo podía usar ese entorno para crear un sustento y, al mismo tiempo, algo que tuviera propósito.
Al principio pensó en hacer maquillaje natural o productos de belleza con plantas y flores, pero nada de eso le llenaba realmente. Sentía que había algo más profundo esperándole. Y un día, mientras scroleaba en Instagram, apareció el video de una mujer haciendo estampado botánico sobre tela. Fue un impacto inmediato, un llamado visceral. Esa mezcla de arte, naturaleza y alquimia la atrapó en segundos. Ahí entendió que estaba frente a algo que no solo quería hacer… sino algo que la estaba buscando a ella.
Ese momento con unas palabras que recibió de la planta medicinal, que le dijo: ‘Eres Tierra’.


Aunque en la carrera de diseño de modas había visto el estampado botánico de manera muy superficial, este encuentro fue distinto. Empezó a investigar, a estudiar, a experimentar. Error, acierto, error, acierto… durante años. Y aún hoy, sigue aprendiendo, porque es un arte inagotable, vivo, que cambia según la planta, el clima, la luna, su propia energía.
Así nació Floreale, su estudio de flores, hierbas, cortezas, hongos, barros y todos los tesoros que la naturaleza nos regala para convertirlos en color. Johanna trabaja únicamente con fibras naturales como algodón, seda, lana, cáñamo o fibra de bambú, siempre buscando el equilibrio entre belleza, consciencia y sostenibilidad.
La ropa como medicina
Con el tiempo, Johanna entendió algo que marcó profundamente su propósito: las personas cuidan su piel, cuidan su alimentación, cuidan lo que consumen… pero casi nadie habla del impacto de la ropa. No se habla de los químicos que contienen, de su baja duración, de cómo afectan el estado de ánimo, la salud, la energía.
Usamos ropa todos los días, a todas horas. Dormimos con ella, trabajamos con ella, nos movemos, nos abrazan momentos importantes con ella. Las prendas guardan emociones, memorias, vibraciones. Hay prendas que nos suben la energía y otras que nos la bajan. Y casi nadie se da cuenta de eso.
Con este despertar llegó a la Ayurvastra, el arte de crear prendas a partir de fibras y tintes naturales para acompañar la salud física, emocional y energética. Quiso traer esa visión a su trabajo: crear prendas medicinales, prendas que acompañen, que eleven, que sostengan.

El equilibrio es parte del camino
Johanna siempre dice algo con mucha honestidad: aunque trabaje con tintes naturales y fibras naturales, no existe todavía un impacto cero. Incluso los procesos más orgánicos tienen una huella. El algodón orgánico, por ejemplo, representa apenas el 1% de la producción mundial, y Colombia no hace parte de ese porcentaje. Las flores que usamos muchas veces vienen de cultivos convencionales.

Por eso habla de balance, de hacer lo más consciente posible dentro de nuestra realidad, de conocer los materiales, las plantas, su procedencia, su tiempo.
Su trabajo se basa en fibras naturales y plantas silvestres o plantas del entorno real colombiano, no siempre de origen orgánico, buscando minimizar el impacto sin caer en idealizaciones.
Prendas lentas, hechas para conectar
Joha trabaja bajo pedido. Toma las medidas, conversa con la persona, siente su energía y crea una prenda que se ajuste a su cuerpo y a su historia. Son prendas lentas, conscientes, que requieren presencia:
🌸se lavan a mano, o lavadadora en el ciclo más suave
🌸con jabón neutro,
🌸se secan a la sombra,
🌸se planchan con calma.
Ese ritual —lavar, cuidar, planchar— es parte de su medicina. “No es solo ropa: es una experiencia que nos devuelve a la presencia, como lo hacían nuestras abuelas”.

Un arte milenario
Una de las preguntas más comunes es si los teñidos naturales, duran. Y la respuesta es sí: si están bien hechos, duran siglos. En Georgia se han encontrado textiles de hace 30.000 años teñidos con pigmentos naturales. En Egipto, las vendas de las momias conservan sus colores intactos. La clave no es el material, sino el proceso.
Esa sabiduría es la que Johanna enseña y honra en cada pieza.
Su propósito: enseñar, acompañar y transformar
Además de crear prendas, su mayor propósito es enseñar. A través de talleres o como ella las llama: experiencias botánicas, acompaña a las personas a descubrir este arte, no solo desde la técnica, sino desde la presencia. Les enseña a estampar, a fijar bien el color, a preparar las fibras, pero también a conectar con la planta, con su historia, con el momento.
Que no sea una clase, sino una experiencia:
☘sensorial,
☘meditativa,
☘creativa,
☘transformadora.

El objetivo de su cuenta de Instagram
Su cuenta de Instagram es el espacio donde comparte este camino: su proceso, sus aprendizajes, sus errores, sus aciertos, sus rituales, las prendas, los talleres, las historias de las flores y los tintes.
“Quiero que quienes lleguen a mi cuenta encuentren inspiración, información, y un recordatorio de que la naturaleza siempre está ahí, disponible para guiarnos y acompañarnos”.
Síguela en https://www.instagram.com/flor_eallestudio/?hl=es

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